jueves, 6 de septiembre de 2012

DICCIONARIO

Han pasado ya semanas desde la vuelta (casi dos meses! aaarg!), pero este finde he estado con gente de Camboya en París y lo he echado muchísimo de menos, así que he tenido que volver aquí. Actualizo esta entrada con algún añadido...

Para no perder mi amplio vocabulario Khmer lo recopilo tal como me suena a mi, que está muy lejos de cómo se dice en realidad:

Chum Rep Súa // Sus dey - Hola
Chum Rep Lía - Adiós
Sok sabai té? Sok sabai – Cómo estás? Bien!
Som – Por favor
Okun Charán – Muchas gracias
Somtó – Perdón
Oté oté – No, no (siempre con la mano haciendo los cinco lobitos)
O’ppañahá – No hay problema (Hakuna Matata)
Naek Chmua-ey? - ¿Cómo te llamas?
Ñom chmua ___ - Me llamo _______
Talai-ná – Es muy caro
Apumá - Amigo
K’mei k’mei - Niños
Muoi-pi-bai-buan-pram; dap; roi; puoan – Uno-dos-tres-cuatro-cinco; diez; cien; mil.
Ton-lá – Y medio
Muoi-tiet – Uno más
Chú (parecido a “chew”) - Duele
Tini - Aquí
Tinú - Allí
Mok tiní - Ven aquí
Krom - Grupo
Chúa – Fila
Kíu - Azul
P’kachu - Rosa
Leung - Amarillo
Chop-chop! – Para, para!
Lúen-lúen! - Rápido, rápido!

Me habría encantado aprenderme también alguna canción, pero no lo conseguí... Mi preferida era una en la que hacían gestos como de lavarse la cara, ponerse la ropa y demás que empezaba con una frase como "parapramúi". Difícil ponerlo en letras, claro. Y la de Opayé, que finalmente resultaba ser francés. Para mi es más camboyano que otra cosa, y así la transcribo (cada frase se grita y los kmei kmei la repiten):

Opayé, opayé
Utamilapayé
La basule cocoché
E le cocó la mufé (la bufé? nunca lo entendía bien)
Eopapipa yeyé

La gente francesa la conoce y tal pero en google no consigo encontrarla. Con lo que eso me frustra... Que soy Sherlock, por el amor de dios! No me rindo, ya volveré.

Me imagino a Kea y Soy cantándola ahora mismo y no puedo parar de sonreír. 

martes, 28 de agosto de 2012

FIN


Ya se ha acabado. Escribo desde el aeropuerto de Bangkok que, por cierto, es enorme. Y si tienes que esperar mucho rato (en mi caso, la escala es de seis horas) recomiendo no quedarte mucho dando vueltas por las tiendas/restaurantes y avanzar hacia la puerta de embarque, porque hay unos sillones comodísimos que se tumban y todo. Les falta hacer masajes. Lo malo es que te duermes y te da el miedillo de que te cuelen equipaje sorpresa y acabes en una cárcel tailandesa… Pero si llego a colgar esto será que no me ha pasado.

Los últimos días en PSE me dediqué el primero a cerrar en lo posible las cuentas del proyecto. Cerradas aún no están, primero porque el proyecto continua durante el año, y segundo porque aún ni siquiera hemos recibido toda la pasta prometida… El ritmo camboyano, que estoy segura de haber mencionado antes, es lo que tiene.

El viernes, último día para mí de camp, pedí al coordinador de Pensionnaires, Happy, que me dejara ir con ellos. Son mi parte preferida de la organización (con la guardería, por supuesto), porque tienen las historias más complicadas y las vidas más difíciles y, al ser internos, sus monitores tienen la oportunidad de conocerlos de verdad porque se pasan todo el mes con los mismos niños. Fuimos a pasar el día a un playground en el centro de la ciudad.

Me he enamorado de tantos… Fundamentalmente de Kea, del que ya hablé el día que lo conocí. Es increíblemente listo, cariñoso, generoso, perfectamente capaz de comunicarse conmigo sin que ninguno de los dos sepamos el idioma del otro… Del mismo estilo es Socheata, una niña de unos 10 años que pensaba que era un niño porque la habían rapado al cero por los piojos (no es que los demás no tengan, sino que ella tenía ya heridas de rascarse). Estuvimos jugando mucho las dos a que huíamos de unos piratas que nos perseguían, muy divertido. Aunque más divertido sería descubrir a qué jugaba ella, porque yo veía muy claro que eran piratas, pero en realidad vete a saber… Luego está Soy, ya conté su historia. Me enternece una barbaridad, y me doy cuenta de que sólo conozco la suya (y la de Socheata, que básicamente vio cómo su padre mataba a su madre de una paliza) pero es muy posible que el resto de ellos hayan tenido vivencias parecidas. Sólo he llegado a conocerlos por encima y me da una pena terrible. Kusina, que no tiene ni apellido, que me regaló dos anillos y los perdí los dos… Kanha (pronunciado “Cañá”, familia, sabed que moría de la risa), que es una artista y estaba empeñada en mangarme las gafas de sol y/o el abanico.

En fin, que me hubiese gustado haber entrado más en Pensionnaires. Pero lo mío era el dental, y eso ha salido muy bien. Lo importante es el medio y largo plazo más que el corto, pero creo que ha sido un buen arranque. Marisa, the boss, parece ser que está encantada. Esperamos haber conseguido algo!

Después del final del camp, el fin de semana lo he pasado en Phnom Penh. Nos fuimos todos a una guesthouse que tiene una terraza en la azotea chulísima, con sofás, plantas, ventiladores, zona de cine, una comida buenísima y millones de cócteles que es un gustazo. Lo malo ha sido la habitación, que era un auténtico zulo. Sin ventanas! Era como estar en un baño metido justo después de que alguien se dé una ducha ardiendo. Y esto teniendo en cuenta que no teníamos tampoco agua caliente… Por lo visto debe ser culpa de Vir porque siempre le tocan las habitaciones malas. Mala decisión dormir con ella… Jajajaja que nooo! Que tampoco ha sido tan horrible!

El sábado hicimos turisteo por la ciudad, aunque por tercera y última vez fracasé en el intento de entrar en el Palacio Real. Debe ser una señal de Buda de que no debo entrar o se me cae la pagoda de plata encima, o algo así. De todas formas, según me han dicho tampoco me he perdido nada… Nos dieron la bendición en la pagoda donde vive el cabeza del budismo camboyano (Ouna Lom), visitamos el Museo Nacional (me encantaron las ventanas!! Suena rarísimo pero si alguien va, que se fije), paseamos por el Riverside, hicimos compritas en el mercado central… Y luego cena y copas en la terraza de Happy’s, bailando y demás hasta tarde. Buena despedida, lo pasé fenomenal. Al día siguiente básicamente reptamos por la terraza porque no me quedaba ni un chavo…

Y ya la vuelta. Ha sido muy emocionante porque mis estudiantes camboyanos (Keng Kuong, Boret, Hongsor y Neath, que ya me han explicado que todos sus nombres estaban mal escritos por Bea jajajaja) quisieron llevarme al aeropuerto y despedirse allí. Todo el rato con la lágrima colgando… Menos mal que mi lágrima es dificilísima, porque si no habría sido un numerito. Me dieron hasta regalos: un pin de la bandera camboyana, un fular, una cartera de seda y un souvenir de los templos de Angkor (este era de Hongsor especialmente, con carta emocionante incluida). Tan bonito… Voy a echarlos muchísimo de menos a todos.

Para terminar quiero dar las gracias a Bea y Diego por haberme metido el gusanillo en el cuerpo para acercarme al otro lado del mundo, y a los niños por haberme enseñado tanto sin querer. De las mejores experiencias de mi vida, algo que hay que hacer por lo menos una vez antes de morir. Y cuanto antes mejor, para intentar vivir de una manera más consciente lo que quede. Espero mantenerlo y que no sea sólo un flash de iluminada.

Con Buda!

viernes, 24 de agosto de 2012

POST-ITS


Algunas notas con mis impresiones sobre la vida en este país:
 
-       Los camboyanos son gente feliz. (Casi) siempre sonriendo, agradecidos, dispuestos a ayudar aunque no te entiendan absolutamente nada… Es tan admirable!
-       En general, la gente me suele dar la impresión de ser o muuuy lista o realmente límite. Con los niños igual. No hay términos medios.
-       Son las mujeres las que respetan mucho más a los hombres que a otras mujeres. Por lo menos es mi experiencia.
-       El dinero. La moneda nacional es el Riel, pero como no tienen ningún valor fuera de aquí el dólar también es de curso legal. Un dólar equivale a 4000 rieles. Pero no tienen monedas, así que el billete más pequeño que tienen es de 100, que son 2,5 centavos de dólar. Lo de las monedas me ha parecido bastante raro la verdad..
-       Los precios me tienen loca. Una cajetilla de tabaco, 1500 rieles; una noche en una guesthouse estupenda en Siem Reap, 6 dólares cabeza; una cena en Mecánica de noodles, coca cola y piña, no llega a 2 dólares; un té helado en el camp, medio dólar. Y luego vas al supermercado y ves que un brick de leche les cuesta entre 2 y 3 dólares. Vacas, haberlas haylas, pero mucha leche parece ser que no dan y la tienen que importar de Holanda. Así que, como es tan cara, suelen tomar leche condensada (que es mucho más barata).
-       El tráfico es una locura: gente con vías y una bolsa de suero (o líquido similar) en lo alto mientras son transportados en motos que llevan hasta 5 personas (o bien una cantidad aproximada de 500 melones rodeando al conductor en sacos atados con cuerdas); coches, motos, tuk tuks y bicis metiéndose en dirección contraria para acortar o dar la vuelta si se equivocan; una contaminación asquerosa; camiones de basura con kilos y kilos de bolsas rodeándolos (qué es lo que recogerán si dejan todas esas??); algún que otro semáforo pero sin pasarse; ni un solo paso de cebra, todo a lo suicida…
-       Es el país de los elefantes. Están en todas partes… Representados, porque vivos sólo los he visto en Angkor. Mi maleta debe llevar ya unos 300 por lo menos en distintos formatos…
-       Lo del regateo es agotador a veces, pero otras es divertidísimo. Yo ya domino el lenguaje básico (khmenglish) y me la cuelan pocas veces. Eso es lo que me creo, porque probablemente me están timando sin parar… Aunque el otro día conseguí dos pulseras por 10$, que me querían colocar por 18 cada una! Me sentí diosa del capitalismo! Jajajajaja
-       Los tuk-tuks o las motos que hacen las veces, cuando les dices a dónde vas, siempre te van a decir que saben ir con mucha seguridad. El 99% de las veces es mentira. Siempre es una aventura! Sólo resulta un poco molesto cuando tienes una hora de llegada, como para ir a cenar o al aeropuerto… Pero hay que tomárselo con la calma camboyana, que debe ser parecida a la canaria o la dominicana. A mí me cuesta un huevo, todo hay que decirlo.
-       Hay hileras de tiendas que no se entienden. Por ejemplo, tres farmacias seguidas. Pero pegadas! O la sucesión librería-librería-dvds-librería-tienda de ataúdes-librería-dvds.
-       Lo del arroz infumable es sólo en PSE. Fuera, la comida khmer está bastante buena. En realidad es como intentar llevarte la impresión de lo que es la comida española comiendo en el Mater. Pero encima un Mater con mucho menos presupuesto, claro.
PD: He hablado de regateo y de elefantes… Pero tengo que decir que no llevo mucho regalo. He ido algo corta de presupuesto, ya lo siento… Pero sé que lo que en realidad queréis es ver mis fotos: haya calma, haré otro vídeo como el de EEUU que dure sólo media hora. Jaaaaajajajajajajjaja!
PD2: De adelgazar nada de nada, me parece. He tenido un momento hoy muy divertido poniéndome unos pantalones camboyanos, o sea, bombachos, que de repente eran pitillo. O he engordado unos 40 kg o los he encogido mágicamente…

jueves, 23 de agosto de 2012

SEGUNDA SEMANA DE PROYECTO Y SIEM REAP


Definitivamente soy un desastre para mantener un poco de constancia… Pero bueno, ya estoy de vuelta en el camp y tengo un rato para escribir y acercarme después a la zona wi-fi para colgarlo! Me quedé en el finde de Battambang, así que ha pasado semana y media larga! Desastre!!!
La segunda semana de proyecto siguió fenomenal. Tratamos otros ochenta y pico pacientes y dimos la prevención en el central y las tres paillots (aún no tengo claro cómo se escribe… Paillot? Paillote? Paillotte?). A mi me tocó ir a Paillot 3, que es la que está más alejada y tienen unos 80-100 niños de un pueblo que no rotan por semanas, así que con ir una vez se podía ver a todos! En teoría es el grupo del terror: cada semana hay algún problemilla del tipo incendio, inundación… Un día un niño se quedó en coma. Un coma espontáneo, parece ser. Algo bastante divertido para los monitores, como puede imaginarse. Iba yo algo temerosa pero me lo pasé genial!!! Los monitores son encantadores y me trataron fenomenal, y los niños molaban mucho. El coordinador, que es un descojono, no para de “cagarse en cien putas” cuando se le escapa uno al que llama Huckleberry. De repente encuentran un huequillo por el que salir y se van a una charca cercana a pescar! Son genios.
Del rollo desastre natural a mí me tocó inundación. Realmente no se inundó nada, pero el camino quedó tan embarrado que los coches no podían salir cargados, así que nos tocó andar 4 kilometrillos por puro barro. Eso en los tramos buenos, porque también estaba la opción de trozos de ladrillo, que resulta ideal para ir descalza. No pincha nada de nada. Y luego estaban los gritos de las francesas para que no pisáramos los charcos, que es donde se cogen unos gusanos que se te meten por la piel y te van dejando el surquillo mientras pasean por dentro de tu pie. Muuuuy agradable. Menos mal que yo llevaba a mi camboyanito de prevención, Keng Kong, que me cuidaba muchísimo: me iba dando la mano, me llevaba las chanclas… Me llevó hasta una cuchara para comer por si no había cubiertos para nosotros!!! El pobre!! Es achuchable!! Hoy he vuelto al camp y me ha dicho que me echaba de menos jajajjajaa.
Suena regu lo de Paillot 3 pero de verdad que lo pasé súper bien. Y al día siguiente me fui con los internos (pensionnaires) de excursión, a ver unas pagodas que están cerca de Oudong. Eran una pasada, la verdad, y el camino hasta allí chulísimo, lleno de campos de arroz inundados y lagunas rodeadas de verde. El verde aquí es diferente, no sé qué tiene la hierba, pero brilla de una manera que no hay quien entienda la pinta famélica de las pobres vacas camboyanas. Justo para ellas hay de sobra!!! No nos dio tiempo a ver la última pagoda, que debe ser espectacular, porque se escaparon varios niños. Por lo visto, sus familias vivían allí cerca y se fueron corriendo a ver a sus padres, pero justo los pillaron volviendo. Da una pena pensarlo…
Ese día lo pasé casi entero con dos internos, Sokea (al que llaman Kea, pronunciado Kia) y Soy. Son los dos de Sihanoukville, al sur. Kea vino de interno el año pasado, y Soy llegó el mismo día de la excursión, por lo que estaba un poco aturdido. Pero Kea estaba súper pendiente de él, incluso le dio su camiseta de repuesto porque Soy aún no tenía. Para las que sabéis la historia, Soy es el niño que quiso traerse Bea el año pasado. Su padre es un alcohólico que le da unas palizas del infierno. Hasta ahora no han conseguido traerlo interno porque está muy unido a su madre, pero ha sido ella la que ha pedido que por favor se lo llevaran, que su padre lo iba a matar. Ha llegado a encadenarlo… Está tocadísimo, se ha quedado un poco toli. Las historias son realmente horribles… Lo más común es que estos padres sean así porque quieren olvidar las cosas que han vivido con los khmers rojos. Estoy leyendo un libro de la revolución y da tanto miedo… En fin, esto impacta demasiado.
Cambiando un poco el tema, a ver si regateo las lagrimillas, voy con el finde. Como llegaron los nuevos dentistas, nos quedamos todos en Phnom Penh para explicarles un poco como funcionaba esto y tal. Paseamos, comimos en un restaurante-escuela para niños de la calle que estaba fenomenal, y nos dividimos un poco por intereses. Unos a darse masajes, a ver kick Boxing, y yo me fui con Cris a hacer turismo. Con la mala suerte de que justo al llegar al Palacio Real nos lo cerraron porque entraba el Primer Ministro, así que no lo abrían hasta el día siguiente. Pero nos cogimos un tuk-tuk-tero espabilado que hablaba inglés y nos hizo un recorrido por pagodas y mercados que estuvo bastante bien. El Palacio lo dejo para el último sábado. Luego cenamos en otro restaurante de los de Friends que se llamaba Romdeng,  y probamos tarántula!!!! Yo sólo me atreví a una pata porque me moría de la grima… Además antes nos la trajeron viva para que viéramos que era fresca. Puaj! Hubo algunos que se atrevieron también con un plato de bichos varios fritos al estilo de los chopitos, pero había incluso moscas y ya me pareció too much. Luego unas copillas y tal y a dormir, que al día siguiente cogíamos un bus pronto para ir a Siem Reap.
Y ya… El norte. La ciudad de Siem Reap es mega turística, sólo por los templos, pero da la sensación de estar en Port Aventura de repente. Hay una calle que se llama Pub St. que es donde se congregan (nos congregamos) todos los guiris para cenar y copear. Allí nos hicimos amigos de un tuk-tuk-tero que se llamaba Noan (o así) que nos ha estado haciendo de chófer hasta el bus de vuelta por 15$ día (entre 5 personas: Cris, Juan, Pepo, Carmen et moi). Yo ya me sentía mal con el pobre Noan esperándonos bajo el solazo o la tormenta tropical durante horas… Pero él estaba encantado.
Fuimos, por supuesto, a los templos. Son una auténtica maravilla. Creo que es lo más increíble que he visto en mi vida. No soy capaz de contarlo… Están en un bosque gigante impresionante, y van saliendo unos templos tan alucinantes que de verdad no puedo explicarlo bien!! Además tuvimos la suerte de pillar un guía encantador, Sameth, que hablaba español que flipamos todos. Sabía palabras como “moño”, “flanquear”, “bajorrelieve”… Hubo alguna que nos tuvo que explicar porque ni nosotros la conocíamos. Mi templo preferido es Ta Prohm, que está literalmente devorado por los árboles que han ido creciendo en él. Es famoso porque ahí rodaron muchas escenas de Tomb Raider. Qué catetos somos, my god. Y luego está Bayon con sus mil caras observando los árboles, Angkor Wat con sus cinco entradas y sus torres, que son el símbolo de la bandera de Camboya… Alrededor de Bayón di un paseo con Juan en elefante!!! Era mi máxima ilusión, todavía estoy emocionada. Vimos el atardecer sentados en la orilla del foso de Angkor Wat y un gustazo, pero fue un palizón de día. El calor era realmente insoportable, pero el sitio era tan tan tan bonito que daba igual. Y tuve una tragedia… Mi cámara murió bajando del tuk tuk… Mierda de torpeza, pero no puedo hacer mucho ya…
Al día siguiente dimos un paseo en barco por un pueblo flotante en el lago Tonle Sap, que es como el Michigan local. Ni de coña parece un lago… Pero este es marrón, claro. Según dicen, no hay cocodrilos porque los tienen todos en una “granja”. Pero luego fuimos a la granja y había 20… Da mal rollo. Juan y Pepo les dieron de comer un pescado! Son violentísimos, me encantó verlo. No por violentos, que suena esto regu, sino porque impresiona… El ruido cuando cierran la mandíbula me hizo pegar un bote que me podía haber ido para el río sin problema. Por supuesto, me quemé en el barco. Tengo una marca de pescador súper sexy, incluida la raya en el muslo del pantalón corto! Y después fuimos a visitar el camp de PSE, que es el que coordinan Bea y Diego. Lo hacen genial!! El camp es muy chulo, pequeñito pero monísimo. El rollo era 100% Layos camboyano. Me gustó un montón!! Y por lo menos pudimos estar ese ratito con los Pérez, que no les hemos visto nada!!! Y ellos tienen la culpa de que ande por aquí!!! =)
Esto está quedando larguísimo y pesadísimo, no lo va a leer nadie… Como he tardado tanto… Voy a dejarlo así y las cosas que me haya olvidado las repescaré. Me quedan sólo unos días, el domingo cojo el avión de vuelta. Millones de gracias por los comentarios. Aunque no los conteste uno a uno me hacen un montón de ilusión. Sin ofender a nadie, pero especialmente el de Magüi!!! Qué ganas de veros, que ya me ha dicho mamá que venís a mi vuelta!!! Yuhu!!!
Muchos besos camboyanos, nos vemos pronto.
PD: El resto de autobuses que hemos cogido han sido un lujo. Claramente los percances anteriores han llegado a oídos del Ministerio de Transportes o algo así, y han tomado cartas en el asunto. Se me olvidó comentar que la compañía infernal se llama “Sorya Transports”! Lo juro. Si hubiera sido Burgos…
PD 2: Anita, te juro que sigo sin piojos. Te reto a encontrarme alguno a la vuelta… Increíble pero cierto.

lunes, 20 de agosto de 2012

Actualización

No hay manera de pillar wifi y ordenador al mismo tiempo... Y como soy de ir colgando novelas pues con el móvil no me apaño!!

Solo unas breves palabritas para que sepáis que sigo de lujo! La segunda (y ultima) semana de proyecto fue fenomenal y bastante variada! Pero mucha pena de que se acabe...el finde lo pasamos en phnom penh y ayer nos vinimos a Siem reap, hoy templos de angkor!!! Lo mas increíble que he visto... Mas detalles en breve, espero!!!

martes, 14 de agosto de 2012

BATTAMBANG


Primer viaje del verano! Nos fuimos este finde 32 monitores a Battambang. Lo organizó todo (transporte, alojamiento, actividades…) Edu, que lleva las cuentas del central. Que, por cierto, vive en la Rinconada. Lo de que el mundo es un pañuelo es un topicazo horrible, pero es que es muy cierto… Y la verdad que la organización así, en global, muy bien!
Pero los comienzos… fueron difíciles… Cogimos el autobús de las 7. Aquí parece ser que lo de levantarse más tarde de las 6 no es ni para los fines de semana!!! Bueno no me quejo que en realidad nosotros dormimos bastante bien… El caso, que nos subimos al bus después de cargarnos de galletas y demás en una tienda de la “estación”. Yo me senté en la primera fila con Vir, y de repente veo a un europeo sentado fuera con cara de pena mirándonos. No lo había visto en mi vida, pero supuse que era uno de los nuestros. Resultaba que no había conseguido billete para las 7 y cogía otro bus a las 8, pero Edu convenció al conductor para que lo dejara meterse aunque fuera en el suelo y que no viniese solo después… El “acompañante del conductor” (juro que su única función era esa y la de darle al play del DVD) solucionó el problema en seguida. Era tan fácil como meter una silla de plástico. Puede que los khmeres rojos intentaran matar a todos los listos, pero algo de ingenio dejaron en este hombre.
Empieza el viaje y Mr. Aux le da al play. Algo me había contado Chaco, pero aun así me sorprende: momento karaoke camboyano. Los videoclips eran indescriptibles. Un ejemplo: historia de amor frustrada porque él se queda tonto y ella acaba cuidándole y soportando que le escupa la leche de los cereales en la cara. Bien, pues algo así como a un minuto y medio de salir, paramos. Y otra vez, y otra vez, y otra vez. En un sitio de venta de mierdas supuestamente comestibles, como unos huevos que pinchan en unos palos y ponen a la parrilla. No parece tan malo el concepto, hasta que ves que de los huevos sale algo verde y te comentan que lo que hay dentro ya tiene forma de feto de pollo. Y esta gente se lo come de verdad…
Mientras, pedimos que bajen el aire porque aquello es una cubitera y vamos a morir. Como ya me habían avisado, iba yo tan contenta con mis vaqueros, calcetines, sudadera y fular. En esto que el aire no es que lo bajen, sino que lo rompen. Vaya por Dios… Empieza el efecto invernadero. En la quinta o sexta parada, con unas ganas de salir del cocedero que palmaba, cuando ya por fin me he puesto las converse, la puerta se me cierra literalmente en las narices. Como no soy claustrofóbica ni nada, me quedo muy contenta en la olla a presión. Con mis vaqueros, mis calcetines… Cuando aporreo la puerta, Mr. Aux se acerca por fuera, me mira, y se vuelve a ir diciendo “oté, oté” (“no, no”, en este caso concreto algo así como “que te den, bonita”) con la boca y con las manos, que es un gesto parecido al de cinco lobitos. Quien tenga hermanos pequeños me entiende. Un dato a tener en cuenta es que esta parada consistió en que el conductor y Mr. Aux soldaban (pero de verdad, con soplete) algo en la parte de atrás del autobús. Todo como muy seguro.
Salimos otra vez. El aire sigue roto, así que Mr. Aux toma la feliz decisión de ir con la puerta abierta. Aquello seguía siendo el infierno, pero por lo menos entraba oxígeno de repuesto. Como llevábamos un retraso importante, el conductor pisa a fondo y vamos al borde de la muerte de manera constante. Edu comenta: -“Este hombre va a toda leche”. –“Cuánto marca el cuenta?”. –“Cero”. Pero no pasa nada, algo sí funcionaba: el acelerador, el pito para avisar a las motos de que se quiten de en medio, rollo Speed, y el karaoke camboyano. Aunque tengo que reconocer que en un momento tuvieron el detalle de bajar el volumen, así que me quedé dormida. No por mucho tiempo, porque me despiertan gritos de “CHOP-CHOP!!!” (“para, para!!!”). Pensaba que había alguien potando, y cuando me doy la vuelta veo básicamente humo. Salimos todos corriendo con nuestras mochilas. Dio la casualidad que esto sucedió, por supuesto, en uno de los dos puntos de la carretera Phnom Penh – Battambang en los que no hay sombra (porque el camino es muy muy verde, bastante bonito la verdad)… En fin, que fue un viaje muy divertido. Lloraba de la risa!
Después de 6 horas llegamos a destino. Unas duchas rápidas y alquilamos unas motos para hacer una excursión a un templo que hay en lo alto de una colina. Un planazo, además a lo camboyano porque íbamos tres personas por moto, por supuesto sin casco. El camino era precioso, y yo además vi más que el resto porque mi moto -Juan, Marta-Malluca y yo- fue por libre y nos perdimos un rato. De esto que cuando te dignas a reconocer el error te has ido a tomar por saco… Cuando ya llegamos a donde estaba el resto, dejamos las motos y nos subieron al templo en coches tipo pick up, de 12 en 12 más o menos, todos de pie en la parte de atrás… Bastante gracioso lo de los ramazos sorpresa!
El templo en sí era un poco birria, era nuevillo y con unas pintadas bastante horteras. Pero el sitio era increíble y había unas cuevas preciosas. Parece ser que era un lugar donde los khmeres rojos hacían de las suyas y había unas 200 ejecuciones diarias, que consistían en golpe en la cabeza y patadita al fondo de la cueva-fosa. Era una caída de solamente unos 10-15 metros (no sé calcular distancias en vertical, debe ser problema de haberlo visto todo siempre desde abajo). Eso si tienes suerte, porque si de la que caes te quedas enganchado a una liana… pues te toca esperar a la muerte natural con mucha paciencia. Pero eran muy ordenados y tenían el agujero de hombres, el de mujeres y niños y uno especial para embarazadas. Es alucinante lo perturbados que estaban…
Después de la excursión volvimos al hotel para otra ducha. En este país, que no falten… No me he duchado tanto en mi vida. La vuelta de la excursión me tocó sola con conductor local, y eso sí me dio más yuyu porque le diera por desviarse y violarme, pero como llevaba una camiseta fosforita era fácil de localizar y Pepo y Vir no me perdieron de vista. Por lo menos eso aseguran, aunque yo creo que no es del todo verdad… Pero bueno, no hubo violación, haya tranquilidad. Luego cenamos en un sitio con una terraza guay sobre el río que se llamaba Balcony. Allí nos pusieron nuestra música y copas y demás, muy divertido. Aunque parecía que en cualquier momento el suelo cedía de nuestros botes y alguien iba a tener que llamar a Marisa (la jefa) para informarle de que tenía a la mitad de sus monitores flotando en el Mekong. Buenísimo el baile del chipirón (todos los días sale el sol, chipirón) y la vuelta al hotel en motos espontáneas, esta vez de cuatro en cuatro. Sin riesgo en absoluto!
Y básicamente ese fue el “finde”, que era algo más de medio día, porque el domingo por la mañana, bus de vuelta a la capital. Algunos fueron antes a la ONG de Kike Figaredo, que atiende a los mutilados por las minas antipersona. Me habría gustado ir, la verdad, pero me pudo el cansancio… Un desastre. Pero ya vuelta a Phnom Penh en un bus de lujo comparado con la ida. Se ahorraron el karaoke y el aire funcionaba. Ahí sí que fue verdad lo del iglú y tuve que ir poniéndome capas y capas encima, menos mal que llevaba la maleta en los pies. Me he puesto mala de la garganta, pero lo prefiero mil veces a ir en un horno que además arde esporádicamente… Por cierto, puede que algo esté adelgazando porque los pantalones me quedaban apretadillos en el viaje de venida (quién se pone unos vaqueros apretados para 1000 horas de avión? Solo yo, supongo) me cabían con los cortos debajo… Veremos!

lunes, 13 de agosto de 2012

PRIMERA SEMANA DE PROYECTO


He tardado mucho en actualizar, ya lo siento… Es que ir con el portátil a la zona wi-fi es un poco movida porque es como gritar “Eh! Mirad como no curro!”, y hay bastantes cosas que hacer. Así que lo que hago es ir tomando notas mentales para escribir luego… Hoy he encontrado un hueco y a recopilar! Me dejaré la mitad, pero bueno… Empiezo por la primera semana de camp.
Cada semana vienen al campamento central niños distintos. La parte de Servicios Sociales de PSE decide cuáles son los niños con mayores necesidades, y en función de eso están “invitados” al camp una, dos, tres o cuatro semanas. Los que están más de una, en vez de quedarse siempre en el central, que es el grande, rotan entre éste y las Paillots. ¿Que qué son las Paillots? Pues como “sucursales” del campamento que están literalmente pegadas a los basureros, que es donde viven la mayoría de los niños. Hay dos que están a unos diez minutos en coche del campamento central, y otra que está como a una hora, por lo visto en mitad de la jungla prácticamente. En esta última Paillot es donde tienen a los niños más pobres (y según nos cuentan los más terroristas), y estos no rotan sino que se pasan el mes entero yendo allí.
En cuanto al proyecto dental, creo que no lo he explicado muy bien así que allá va. Lo tenemos organizado en dos bloques: tratamiento y prevención. El tratamiento es fácil deducir en qué consiste, y lo tenemos repartido a lo largo de la semana para poder tratar tanto a los niños que vienen al camp, como a los internos de PSE (pensionnaires) y a los estudiantes de formación profesional.  En breves me paso a tratamiento a sacar muelas, lo voy avisando, que es muy fuerte lo que estoy aprendiendo ya!! Jajajaja ya se me empieza a quitar hasta el asquete. En la primera semana han tratado entre todos a casi 70 personas, que parece ser que está bastante bien! Más todas las que han ido mirando y que no tenían nada (urgente) que arreglar.
La prevención, que como se puede intuir es lo que hago yo, es una actividad más del campamento normal, y la hacemos en central todas las mañanas (menos los viernes) y en cada Paillot un día a la semana. A mi esta semana me toca ir a la de los terroristas el jueves!!! Yeah!!! Me apetece muchísimo, ya lo contaré si salgo viva. Ya están llevando la prevención los estudiantes khmers todo el rato y lo hacen fenomenal. Incluido mi paraete, que en cuanto se ha soltado y le he dejado hacerlo él sólo -en vez de tener que traducirme- el tío ha cogido carrerilla y tiene a los niños bastante atentillos y entretenidos. De hecho yo diría que es el mejor de los cuatro. Primero les enseñamos que tienen dientes, qué es un cepillo y cómo y cuándo tienen que usarlo. Además hemos conseguido ya unos de osos panda que molan bastante y se los regalamos. Les hace mogollón de ilusión! Y ya después hacemos juegos y tal y los que ganan pueden hacer de doctores con un guante y unas gafas como de soldador y van mirándole la boca al resto. Se parten, son geniales.
Y luego ya están las cuentas… Es un poco cacao llevarlas al día porque muchas veces no me saben decir quién ha pagado las cosas y con qué dinero, pero en ello estoy.  El enfermero del gabinete, Piseth, me ayuda, y curiosamente me tiene bastante respeto y me enseña todo el rato lo que hace para que le dé la enhorabuena jajajaja! Lo malo es que no habla ni patata de inglés pero algo de francés chapurrea y con eso nos vamos apañando.
Todo esto es nuestro trabajo, que por cierto no podríamos hacer ni de coña sin Chaco, que es una monitora de Madrid que nos ayuda a organizar y a coordinar con el campamento para que los niños vayan pasando por la consulta poco a poco y luego vuelvan a sus actividades. Es un encanto la verdad, nos ayuda un montón!! Me sonaba bastante y es que es del Mater de un curso más. Ya era raro que no hubiera ninguna por aquí!!
Luego aparte del trabajo dental, yo me intento meter un poco en otras partes del campamento, sobre todo porque por las tardes no hay prevención porque hacen actividades de grupos enormes y de hora y media. Así que me paso por otras actividades para ayudar y tal. El viernes, por ejemplo, me tocó una de outdoor, lo que significa que fue hora y media corriendo (bueno, saltandillo y tal… yo no corro que es de cobardes) bajo toda la solana. Por supuesto, achicharrada ya… Esta semana ya he quedado en ir de excursión con las pensionnaires el viernes, que van a Oudong! Tengo muchas ganas!
He descubierto ya mi parte preferida de este sitio: la nursery. Es donde tienen a los bebés y niños de hasta 3 años más o menos que encuentran desnutridos. A algunos los ayudan en sus propias casas, enseñando a las madres a darles el pecho y dándoles comida para que ellas estén bien alimentadas, pero a otros directamente se los llevan al centro y allí los van recuperando. Los pesan cada día en una cesta que cuelgan de una báscula que está atada al techo, es genial! Cada vez que puedo me escapo a verlos. Hay un niño y una niña que son taaaaan listos que me muero de risa, y una pobrecita que es como Quasimodo que debe ser abandonada, porque como esta gente es budista, creen que cuando alguien sale con problemas físicos o psíquicos es porque en sus vidas anteriores han sido malísimos y se lo merecen, así que los dejan tirados por ahí. Un horror… Son ideales y me los quiero llevar todos a casa. Además con la de sitio que he dejado en la maleta, que iba básicamente llena de regalos… Estoy maquinando los portes.
En el tiempo libre que tenemos, que es la siesta de los niños y cuando ya se van todos a casa, nos solemos tomar algo en el puestito de café que hay dentro del camp. Hacen un iced lemon tea que está increíble y un café “tek tekó tekó”, que es con leche condensada y hielo, que te quieres morir. Es una bomba, pero tengamos en cuenta que es lo único consistente que comemos… Porque luego la comida aquí es fundamentalmente arroz. Siempre lleva algo más, pero los “condimentos” tienen olores y aspectos tan sospechosos que no me atrevo… Procuro no pasarme el día pegada al baño. El problema es que la dieta del arroz hace que ni me acerque, lo cual tampoco mola… Así que lo combinamos con Mecánica. No sé si he hablado de ella ya, pero la niña que lo lleva es genial. Se llama Samná (lo escribo como se dice porque no domino aún la ortografía khmer), tiene 17 años y es más lista que todos nosotros juntos. Es un descojono porque repite una y otra vez “Appañajá!”, que es el Hakuna Matata autóctono y como nos hace toda la gracia lo dice sin parar y se muere de risa.  Nos llama a todas “sister” y al despedirse siempre es “see you later/tonight/tomorrow”, no vaya a ser que nos despistemos y perdonemos una visita… Literalmente hacen el agosto con nosotros, porque durante el año cierra.
Para terminar la semana, el viernes nos fuimos a cenar al centro de Phnom Penh a un sitio que se llamaba Blue Pumpkin, todo blanco y con sofás y tal (que no probé), aire acondicionado y comida occidental, un lujazo!! Me reí bastante porque además me tomé dos Mai Tais y me cogí un pedo bastante gracioso… El problema es que nadie más se lo cogió así que básicamente me reía sola jajajajajaja! No, pero muy divertido.
Y bueno, pues yo creo que con esto he resumido bastante la semana… En la próxima (como tarde mañana, que se me acumulan) entrega, el fin de semana en Battambang!